Está Adán en el paraiso solo y aburrido, busca a Dios y le pide una
compañera. Dios le responde que no hay problema pero que le va a
costar un ojo, una pierna, un pulmón, las dos manos y un testículo.
Adán se queda pensativo y le contesta:
"¿Y por una costilla que me darías?"
domingo, julio 22, 2007
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